Promueve la estrategia de eliminar residuos y contaminación desde el diseño, mantener productos y materiales en uso y regenerar sistemas naturales.

Las Buenas Prácticas de Ecoeficiencia promueven la aplicación de medidas económicamente rentables capaces que no sólo reducen los costos y aumentan la de la empresa, sino que también permiten la optimización del consumo de materias primas, agua y energía, la disminución de la contaminación por residuos sólidos y la reducción de la emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI).

Promueve la estrategia de reducir la entrada de materiales vírgenes como la producción de desechos.

Además, busca generar beneficios económicos a partir del diseño de procesos circulares que permitan la reducción de residuos y emisiones, la conservación y uso eficiente del agua y la innovación en nuevas líneas empresariales a partir del reaprovechamiento de residuos.

A través del Ciclo de Vida, permite evaluar los potenciales impactos ambientales de un producto, proceso o actividad a través de todas sus etapas.

Facilita que las empresas tomen decisiones para cambiar sus procesos industriales por otros mucho más eficientes, e implica un valor añadido para sus clientes, que conocen así con detalle todo sobre el comportamiento ambiental de aquello que consumen.

Permite a la empresa medir sus emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI).

El conocimiento de este cálculo no sólo permite a las empresas conocer y disminuir sus emisiones en la lucha contra el cambio climático, si no que también les confiere a los bienes y/o servicios un valor agregado; además de cumplir con las normativas e iniciativas vinculadas con la acción por el clima.

Permite a la empresa hacer una gestión eficiente y responsable del recurso hídrico.

La competitividad de la empresa mediante el uso eficiente del recurso hídrico, el cual es un recurso estratégico para la sostenibilidad de su negocio, mejora su nivel de producción y reduce el impacto ambiental; evitando así riesgos con la gestión del agua a nivel económico y legislativo.

Representa una alternativa comercial basada en el respeto, la transparencia, la equidad y el diálogo.

El comercio justo busca condiciones laborales y salarios adecuados y equitativos entre hombres y mujeres a través de toda la cadena de valor, la no explotación infantil y el respeto por la comunidad y el medioambiente.

Fortalecimiento de gestión empresarial dirigido a mujeres exportadoras.

El programa permite el incremento de la productividad y la mejora de las condiciones laborales de las mujeres emprendedoras, así como fomentar su cultura exportadora. El empoderamiento de la mujer y su inclusión en las organizaciones es visto positivamente en los mercados internacionales más exigentes.

Es un modelo de negocio que tiene como insumo la biodiversidad nativa.

Este modelo de negocio permite toma en cuenta los tres pilares fundamentales de la sostenibilidad: la rentabilidad económica, la conservación de la biodiversidad y la consideración de los aspectos sociales.

Es una conducta empresarial que busca mejorar la relación que tiene la empresa con sus grupos de interés.

Se basa en siete principios: la transparencia, el impacto en la sociedad y el medio ambiente, la rendición de cuentas, el comportamiento ético y el respeto por la legislación nacional, los estándares internacionales y los intereses de las partes implicadas.

Implementa las normas de producción orgánica y el sistema de control interno en la cadena exportadora de productos de la agroindustria y textil.

La gestión orgánica abarca toda la cadena de valor, desde la producción en campo, el almacenamiento y transformación hasta la comercialización nacional e internacional, evitando el uso de sustancias químicas prohibidas y contaminantes y así contribuir a la salud de las personas, los ecosistemas y la preservación de los recursos naturales.

Permite a las empresas con certificación orgánica mejorar y conocer toda la información sobre la trayectoria de su producto.

La implementación y mejoramiento de los sistemas de trazabilidad permite a las empresas conocer todo el recorrido de su producto, desde su origen hasta su exportación. Además, permite comprobar que el producto es confiable e inocuo para el consumo humano.

Busca impulsar la adecuada gestión de las prácticas acuícolas al interior de las empresas.

La acuicultura aparece como una opción de manejo sostenible, el cual año a año la demanda de productos acuícolas sostenibles ha ido aumentando, por lo que se busca mejorar la competitividad y capacidades de las empresas del sector acuícola y así contribuir al desarrollo de las exportaciones en mercados más especializados.